La odisea de la sobrevivencia
Desentrañamos los pormenores de una de las más recientes y sonadas obras de la ciencia ficción cubana
Por: Sofía Miragaya
Fotos: Cortesía de Maikel José Rodríguez Calviño
«El Universo se burlaba de ella y de Duc. Quería creer que de un momento a otro le llegaría una notificación oficial. Lo habían encontrado vivo. Arrancado de las garras de los Piratas de Catorai. Iba a regresar. Magullado, quizás con una herida de la cual pediría le dejaran una cicatriz, para no olvidar la experiencia terrible del transbordador turístico. Pero nunca llegó».
Andrómeda Tellar, venatriz veterana, mercenaria al servicio de aquel que ofrezca el mejor botín dentro del universo conocido, guarda un secreto tras su blindada armadura de guerrera. Su compañero Duc Finbar, xenoarqueólogo, se encuentra desaparecido tras la invasión de su hangar por un grupo de piratas interestelares, quizás atraídos por su investigación personal vista con dudosa moralidad dentro de la academia.
La ira de los sobrevivientes recibió el Premio La Edad de Oro 2019, dedicado a la literatura infantil y juvenil cubana, y entró en librerías en 2022. Fue presentada en las dos pasadas ferias del libro y se encuentra disponible en la librería El Cochero Azul, de la Editorial Gente Nueva.
En la presentación de la novela de Malena Salazar Maciá, ocurrida durante el evento Behique 2022, la escritora cubana de ciencia ficción y fantasía explicaba que la historia es una odisea espacial con influencias cyberpunk y biopunk, que contiene todo lo indispensable para catalogarse en este género: naves, grandes tecnologías como las inteligencias artificiales y conflictos entre diferentes seres del espacio.
Sin embargo, es también una historia de amor. La cólera de la soledad impuesta guarda en sí la tristeza de la sobrevivencia, el deber de proseguir la vida cuando aquello mismo que constituía la razón de su felicidad se ha desvanecido. Cuando Andrómeda despierta del sueño en una clínica desconocida, lo primero que quiere saber la tozuda joven es: «-¿Dónde está Duc?».
La ira que envuelve a Andrómeda es el motor que empuja a la nave Casiopea en su navegación del cosmos. Como el sidekick ideal la acompaña en su búsqueda de Kevin, una IA masculina que pasó de ser un androide sexual a convertirse en el secretario y quizás único amigo de la venatriz. Frases como “¡Por la Glamurosa Yinkonka!” o el recordatorio constante de lo muchísimo más útil que sería si conservara aún su precioso cuerpo androide, caracterizan a este divertido personaje.
Andrómeda pertenece al Gremio de «Venatores Intergalácticos» y acepta encargos a cambio del dinero necesario para continuar su odisea. Sus viajes desde la cabina de mando de la Casiopea la llevan a desentrañar los misterios tras varios asesinatos en el planeta Ner y terminan en Cerno, donde colonizadores terrícolas devienen caníbales al interactuar con las fuerzas mágicas y hostiles del entorno.
La joven mujer también desea encontrar pistas sobre los redivivos, que pudieran conducirla a Duc. Estos son versiones beta de seres humanos reprogramados en otros cuerpos luego que murieran los suyos, pero que aún presentan fallas técnicas que los conducen hacia espirales de locura y su propio aniquilamiento. El objetivo final de aquellos científicos que emprenden la creación de redivivos es lograr una reencarnación perfecta, un cognoscitivo.
«¿No siente curiosidad? —preguntó Duc con entusiasmo—. ¿No le gustaría tener una segunda oportunidad cuando cree que todo terminó? ¿Cómo se sentirá reencarnar? ¿Seré exactamente la misma persona? ¿Recordaré todos los detalles de mi vida pasada, o me concentraré en crear una nueva? Estoy dispuesto a tomar el riesgo. A fin de cuentas, ya habré muerto», así recuerda la venatriz la conversación que reveló el propósito de su amigo biomédico.
Otros libros recientes de la autora son El umbral oscuro por la Editorial Aldabón, en el que un joven Elidor embarca como detective en una investigación steampunk y Los cantares de Sinim, novela impresa en el 2021 que inaugura la serie fantástica de la colección Ámbar, La búsqueda.
La ira de los sobrevivientes es el primer libro de una serie que nos deja con un final completamente abierto, con esa extrañeza de no tener el segundo tomo a mano para comenzar a hojearlo en cuanto terminamos la última página. El lenguaje sencillo y atrayente, los diálogos entre burlones y amistosos de la venatriz y la IA, la narración dinámica de grandes batallas y la descripción de paisajes fantásticos en los límites del universo nos mantienen con esa tensión característica de la buena ciencia ficción.
Los entusiastas de este género y de la obra de Malena Salazar Maciá quedarán expectantes de conocer cómo terminará la travesía de Andrómeda y Kevin, que en palabras de la autora, se encuentra «plagada de ira, pero, quizás, también de amor».
