Por los caminos de Salgari:
Los piratas de la Malasia
A tono con el aniversario de su partida física y la inclusión por nuestro sello editorial de tres obras suyas en la recién estrenada colección de Clásicos juveniles, abordamos el incitante universo del creador de Sandokan
Por: Daiyor Castro
Foto Montaje y diseño: José Luis Girbau
Fotos de portadas: Cortesía de la Casa Editora Abril
Si de aventuras literarias se trata, Emilio Salgari representa uno de los maestros más efectivos del género, no en balde conocido como el «Julio Verne italiano». Solo 48 años de vida le bastaron para dejar sobre sus páginas un mundo exótico y desmesurado, donde confluyen parajes ajenos en su época para el público europeo, como los de Asia o Australia, selvas africanas, combates en alta mar y hasta la ciencia ficción.
De ese imaginativo universo repleto de peripecias sobresalen casi siempre aquellos personajes salidos de lo fantástico e histórico que consagraban su vida al atraco en alta mar, de los cuales hace gala Los piratas de la Malasia, texto publicado de forma fragmentada entre 1891 y 1892 en el diario La Gazzetta di Treviso y como libro íntegro, con cuatro capítulos añadidos, hacia 1896.
La novela forma parte del ciclo Piratas de la Malasia, siendo esta la tercera entrega. El autor entremezcla para la ocasión con absoluta destreza las líneas narrativas de las tramas previas en dicha saga: Los tigres de Mompracem y Los misterios de la jungla negra, por lo que el lector fiel se reencontrará con los singularísimos Yáñez, el indio Tremal-Naik y el maharato Kammamuri, junto a otros que irán acomodando la escena para crear el perfecto ambiente aventurero.
Como resulta habitual en sus libros, Salgari nos trae también figuras cuya procedencia trasciende el plano imaginativo para ubicarse en el «mundo real». Tal es el caso del inglés James Brooke, el temido Rajá blanco de Sarawak, o de Sandokan, su personaje más querido y exitoso, corsario malayo inspirado en el marinero gaditano Carlos Cuarteroni Fernández, quien navegó en verdad las aguas del este asiático en busca de tesoros.
Aventuras a todo pulmón
La historia que nos ocupa inicia cuando Yáñez y sus piratas atacan el barco donde viajaban Kammamuri y cierta enigmática joven. Después de deshacerse de casi toda la tripulación, los atacantes perdonan la vida a esta dupla al observar la destreza para la lucha del maharato, tras lo cual son conducidos ante Sandokan, el «Tigre de la Malasia», quien ha reconquistado Mompracem, de la que partiera antes tras la ocupación inglesa de su territorio.
La muchacha de la anécdota no es otra que Ada Corisant, prima de la difunta esposa de Sandokan, a quien solicitan el rescate de Tremal-Naik, enamorado de Ada y retenido en la India por una secta. Nuevamente el héroe enfrenta numerosos obstáculos para cumplir su empresa, pero como viene siendo tradición, consigue vencerlos.
La narrativa se sustenta principalmente en los diálogos, concebidos en el estilo sencillo e inconfundible de Salgari y confiriéndosele gran dinamismo a la trama, razones que justifican su éxito inmediato con el público, más que todo infanto-juvenil, y la consagración del título como uno de los más relevantes del escritor.
Nada casuales, tampoco, resultan sus exitosas y sostenidas adaptaciones hasta este día al formato cinematográfico, televisivo, animado e, incluso, a la historieta.
Viviendo al límite
Para la fecha nadie pone en duda cuánto sus viajes y experiencia como hombre de mar nutrieron los personajes e historias de Salgari, quien llegara a este mundo hacia 1862 en la ciudad italiana de Verona, al resguardo de una familia de poca solvencia económica, para ingresar durante su juventud al Real Instituto Técnico Naval Paolo Sarpi, en su región de origen, y casi llegar a graduarse como capitán de gran cabotaje.
Curioso que comenzara a publicar novelas por entregas con apenas 20 años y tras casarse con la actriz teatral Ida Peruzzi, consiguiera empleo en Turín dentro de una editorial para jóvenes.
La intensidad de su temple no tardaría en manifestarse. En cierta ocasión, Giuseppe Biasioli lo llamó «mozo» en un artículo de prensa, por lo cual Salgari lo desafío a duelo, hecho que derivó en la hospitalización del periodista y el encarcelamiento del escritor durante seis meses, aunque aprovechó ese tiempo para seguir escribiendo sus libros.
No obstante, su prestigio no decayó y recibió de manos del rey Humberto I el título honorífico de Caballero de la Corona de Italia, en 1897.
Como colofón de su trayecto vital, agobiado por una sostenida situación económica adversa y la enfermedad psiquiátrica de su mujer, tuvo inédito cierre para un hombre de esa época y procedencia, que pareciera sacado de otra historia de ficción: un efectivo intento de suicidio, con el ritual japonés del harakiri, justo el 25 de abril de 1911.
Un autor para la posteridad
Infinidad de cuentos y 84 novelas, entre las que destacan Los piratas de la Malasia, El misterio de la jungla negra, El Corsario Negro, El león de Damasco, El capitán Tormenta y Los tigres de Mompracem, las tres últimas publicadas por nuestra Casa Editora Abril para la pasada Feria Internacional del Libro de La Habana, constituyen parte del legado de Emilio Salgari para los amantes del género Aventuras.
De Los piratas de la Malasia la crítica especializada coincide en destacar su carácter de alegato antimperialista frente a la colonización europea de tierras asiáticas, fenómeno presenciado por el propio escritor cuando al servicio de un rajá indio enfrentó la flota inglesa en los mares del sur. Leer la obra de Salgari supone sin más un encuentro con sus propias vivencias.
Cada una de sus líneas arroja mensajes esenciales, pero motivadores para las nuevas generaciones de lectores: los seres queridos pueden morir, pero el amor por ellos jamás; los fieles amigos se cuidan; aunque el mundo a tu alrededor parezca estar en contra, no se deja de luchar por las causas nobles; la venganza nunca es la opción correcta, sean cuales sean las razones; nada importa tu pasado, un pirata temerario también puede convertirse en héroe.
Todas ellas pueden representar un buen pretexto para abrir las páginas de este inmenso e inconfundible universo, que más de un siglo después sigue echándonos el anzuelo desde cualquier estante.
